El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, cuestionó la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México a partir del 12 de marzo. Durante su participación en «La Mañanera del Pueblo», el funcionario mexicano aseguró que la medida carece de fundamento, pues México compra más acero y aluminio a Estados Unidos de lo que le vende, lo que convierte en un despropósito la aplicación de estas tarifas.
Ebrard explicó que, contrario a lo que ocurre con otros países, la balanza comercial en este sector es favorable para Estados Unidos, ya que México importa de su vecino del norte 6,897 millones de dólares en acero y aluminio, mientras que naciones como Canadá y China tienen una relación comercial distinta con Estados Unidos en este rubro. Canadá exporta a EE.UU. aproximadamente 9,675 millones de dólares en estos materiales, mientras que China lo hace por cerca de 14,000 millones de dólares.
«Si tenemos más importaciones de Estados Unidos de acero y aluminio que exportaciones, entonces no es lógico con lo que se está argumentando como razón para imponer tarifas, porque Estados Unidos tiene superávit», subrayó Ebrard. «Sería un caso muy inusual porque se estaría imponiendo un arancel a un país al que tú le vendes más de lo que te vende».
El secretario de Economía advirtió que esta medida podría afectar la integración económica que México, Estados Unidos y Canadá han construido a lo largo de los últimos 40 años, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz, donde la fabricación de piezas depende de un comercio transfronterizo fluido y libre de obstáculos arancelarios. «Un pistón puede cruzar hasta ocho veces las fronteras de nuestros países en su proceso de manufactura. Si se imponen estos aranceles, se encarecerá la producción y, al final, el impacto lo absorberán consumidores y empresas en todos los países involucrados», explicó.
El funcionario también destacó la contradicción entre esta decisión y el discurso del propio Donald Trump, quien en diversas ocasiones ha insistido en aplicar el «sentido común» en materia económica. «Bueno, le tomamos la palabra: sentido común. No se trata de darse un balazo en el pie ni de destruir lo que hemos construido en las últimas décadas», afirmó Ebrard.
Ante este panorama, el secretario de Economía anunció que el gobierno mexicano buscará un encuentro con las autoridades estadounidenses para exponer estos argumentos y tratar de evitar que los aranceles entren en vigor. México apostará por el diálogo, insistió, para garantizar que el comercio bilateral siga beneficiando a ambos países y que no se tomen medidas que perjudiquen innecesariamente a la industria y la competitividad regional.
«Estamos listos para entablar negociaciones y demostrar con datos que estos aranceles no tienen justificación. No vamos a quedarnos de brazos cruzados cuando sabemos que esta decisión no beneficia a nadie, ni a México ni a Estados Unidos», concluyó Ebrard.